Relatado por un misionero norteamericano que estuvo en China antes de la aparición del coronavirus.

Nosotros vamos a China de vez en cuando y entrenamos líderes. Y esta vez reunimos como 22 líderes de la Provincia de Wuhan. Estos líderes viajaron 13 horas en tren para llegar a un hotel, en el que venían en parejas en los ascensores para no llamar la atención.
Entonces se reunieron en un salón del hotel, un pequeño espacio de tan solo unos 60 metros cuadrados, una pequeña sala sin aire acondicionado. Piso duro de madera y 22 personas sentadas allí.
Yo entré, y cuando enseñas en China, enseñas desde las 8:00 am hasta las 5:00 pm. Enseñas todo el día. Los 22 estaban sentados allí y miré alrededor y dije: “Si fuéramos atrapados que pasaría conmigo?”.
Ellos dijeron: “Ok, te deportan en 24 horas y nosotros vamos a prisión por tres años.” Yo dije: “Están bromeando? Cuántos han estado en prisión por su fe?” De los 22, 18 levantaron las manos. Y dije: “No puede ser!”
Yo los miré y dije: “Ustedes 22, a cuántas personas ustedes supervisan?” Porque son líderes de grupos pequeños. Líderes de iglesias clandestinas en Hunan. Dije: “A cuántas personas supervisan contándolos a todos, cuántos serían?” Empezaron a contar en un mapa y dijeron: “Un poquito más de 20 millones.” Yo dije: “Qué??” Ven? Se nos olvida que hay 1.3 billones de personas en China. Esto es una locura.
Bueno, yo tenía 15 Biblias, así que las pasé. Obviamente, a 7 de ellos no se les dio. Les dije vamos a 2 Pedro 1 y vamos a leer. Entonces una dama le pasó su Biblia a alguien al lado de ella. Yo pensé: “Hum, interesante”. Bueno, empezamos a leer y entendí por qué ella había pasado su Biblia. Ella había memorizado todo el texto. Ella simplemente recitó el capítulo completo.
Cuando terminé, me le acerqué en el receso y le dije: “Recitaste todo el capítulo.” Ella dijo: “Oh sí, he memorizado muchos capítulos.” Le dije: “Dónde memorizaste tantos capítulos?” Ella dijo: “En prisión” Dijo: “Tienes mucho tiempo en prisión.” Así que le dije: “Pero no les confiscan las Biblias?” A lo que respondió: “Sí, y por eso es que la gente lleva la Biblia escrita en pedazos de papel. Y así la introducen.” Y pregunté: “Pero si les encuentran ese pedazo de papel, no lo confiscan?” Y dijo: “Oh sí. Por eso te lo memorizas tan rápido como puedes. Porque aunque te quiten el papel, no pueden quitarte lo que memorizas.” Me dije: “¡Wau!”
Bueno después de tres días te enamoras de estas personas.
Y cuando había terminado, dije: “Quisiera orar por ustedes. Voy a regresar a América. Ustedes han sido tan maravillosos, quisiera orar por ustedes.” Dijeron: “Sabes, ustedes se pueden reunir cuando quieren en América, nosotros no podemos. Podrías orar para que un día podamos hacerlo así como ustedes?”
Entonces los miré y les expresé: “No haré eso.” Grandes e incrédulos ojos me miraban y dijeron: “Por qué?” Y les dije: “Porque ustedes viajaron en tren durante 13 horas para llegar aquí. En mi país, si tienes que conducir por más de una hora, la gente no vá”.
“Ustedes se sentaron en un piso de madera por tres días. En mi país, si la gente tiene que sentarse por más de 40 minutos, se van. Ustedes no solo se sentaron aquí por tres días en un piso duro de madera sino que lo hicieron sin aire acondicionado. En mi país, si no hay bancos acolchonados ni aire acondicionado, la gente a menudo no regresa”.
“En mi país, tenemos un promedio de dos Biblias por familia. No leemos ninguna. Ustedes difícilmente tienen una Biblia y la memorizan en pedazos de papel. Yo no oraré para que ustedes sean como nosotros, pero oraré para que nosotros seamos como ustedes.”
Me parece que sobran los comentarios. Tal vez debamos reflexionar en lugar de quejarnos por las dificultades que afrontamos. Tenemos la Biblia, aprovechemos el tiempo para leer y meditar en ella. Dios les bendiga!

Puerta del cielo de la voz en el desierto