¿Qué hago cuando mi familia no quiere asistir a la iglesia?

Lemuel García: https://www.lemuelgarcia.com/que-hago-cuando-mi-familia-no-quiere-asistir-a-la-iglesia/

¿Por qué mi familia no me acompaña a l iglesia? ¿Por qué mis hijos rechazan el ministerio? Éstas y muchas otras preguntas más pueden pasar por la cabeza de muchos ministros. La familia es el apoyo más importante para cualquier ser humano, pero cuando la familia no quiere saber nada de la iglesia y rechazan las creencias todo se complica más.

Hay ciertas cosas que podemos hacer para que nuestra familia disfrute y sea parte del ministerio.

Cuando tu familia no quiere asistir a la iglesia, dedícales más tiempo

Una de las bases de este problema es que la familia pastoral no tiene tiempo con el padre de la familia, cuando los pastores están tan metidos en la función de pastores que se olvidan de ser padres. Los hijos necesitan tiempo con el padre de la familia, para que ellos puedan ver que más que religión es un estilo de vida. Cuando la familia del pastor puede ver y vivir bajo los principios que establece la Biblia, tiene una base sólida en su fe que los va a poder sostener en el camino.

2. Enseña lo correcto. Tu familia puede aprender de Dios a traves de tus acciones.

La Biblia tiene poder en sus propias palabras, y cualquier persona que dedica tiempo para leer la Biblia su vida puede ser transformada. Pero cuando los principios de la Biblia se mezclan con ideas de los hombres todo pierde sentido. Es necesario dedicar tiempo para enseñarle a nuestra familia lo que realmente es creer en Dios y evitar la manipulación o los intereses personales.

Las respuestas a las preguntas de nuestros hijos sobre Dios van a ser como semillas que plantamos en su mente y corazón y con el tiempo darán sus frutos.

3. Ora por tu familia.

(Josué 24:15) “Yo y mi casa serviremos al Señor” es una de las declaraciones más fuertes en la Biblia. Cuando la familia está unida en fe, es más fácil poder cumplir los propósitos de Dios unidos. Orar por nuestra familia nos ayudará a guardar su vida, y sabemos que con el tiempo todas las oraciones son contestadas.

4. Áma a tu familia a pesar de todo y demuéstralo.

El amor hacia nuestra familia tiene que ser constante a pesar de las decisiones que ellos tomen en sus vidas. Los hijos del pastor deben sentirse amados vayan o no vayan a la iglesia. El apoyo y amor de los padres hacia sus hijos va hacer que ellos busquen el consejo de sus padres en los momentos más difíciles de sus vidas. Amar y acompañarlos es esencial, que sientan que la familia puede seguir unida a pesar de las decisiones individuales. Con el tiempo y madurez ellos verán que la religión es más que doctrinas, y buscarán ese estilo de relación con Dios.

5. Respeta la duda y el proceso de cada persona al desarrollar su relación con Dios.

No se puede vivir de la fe de los demás, a veces es necesario dudar de nuestras creencias para poder buscar nuestras respuestas a los interrogantes de la vida. Aquel joven que nunca dudó de Dios es probable que tenga miedo de hacerlo. Cuando los jóvenes dudan es una oportunidad para hacerlos pensar. Si estamos bien firmes en la fe, las respuestas a las preguntas de nuestros hijos sobre Dios van a ser como semillas que plantamos en su mente y corazón y con el tiempo darán sus frutos.

6. Entiende la herida.

A veces pueden ser nuestros hijos y a veces nuestras parejas. En ambas situaciones tenemos que entender porqué no quieren ir a la iglesia. En muchas ocasiones la gente deja de ir a la iglesia porque tuvo una mala experiencia, alguien los lastimó, y ellos se cierran a la idea de Dios y la iglesia. Poder entender qué pasó en sus vidas, cuáles son sus interrogantes, pensamientos, heridas o frustraciones nos va acercar a la persona y romperá esa pared que nos puede separar.

Aparte de tener el apoyo de nuestra familia en el ministerio, nos tenemos que asegurar de que ellos mismos desarrollen su relación con Dios. Que ellos pregunten, busquen y descubran lo que Dios es. Apoyarlos en esta búsqueda puede ser dificil, pero haz que ellos encuentren padres dispuestos a pensar y hablar con claridad las cosas.

Puerta del cielo de la voz en el desierto